En la revolución francesa encontramos una combinación de individualismo con estatalismo mientras que en la revolución americana encontraremos una combinación de individualismo e historicismo excluyendo el estatalismo europeo de la soberanía política.
En esta combinación de historicismo e individualismo muchos ven la mejor expresión posible del constitucionalismo moderno en materia de derechos y libertades.
Toda la revolución francesa se define en oposición con el antiguo régimen y precisamente esta necesidad de ruptura hace imposible toda doctrina historicista de los derechos y libertades. Sin embargo, en la revolución americana no se dio la necesidad de derribar ningún “antiguo régimen” sino la separación definitiva de la madre patria, en la proclamación de la independencia.
En esta combinación de historicismo e individualismo muchos ven la mejor expresión posible del constitucionalismo moderno en materia de derechos y libertades.
Toda la revolución francesa se define en oposición con el antiguo régimen y precisamente esta necesidad de ruptura hace imposible toda doctrina historicista de los derechos y libertades. Sin embargo, en la revolución americana no se dio la necesidad de derribar ningún “antiguo régimen” sino la separación definitiva de la madre patria, en la proclamación de la independencia.
Existen diferencias entre la revolución americana y la francesa. Una de ellas es la necesidad americana de construir un nuevo mundo fundado sobre los derechos naturales individuales, sobre los Rights, que no excluían el hecho de que los protagonistas de esta operación se sintiesen orgullosamente Englishmen, hijos de una tradición histórico-constitucional que habría ofrecido aportaciones de primer orden a la causa de los derechos y libertades.
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